domingo, 1 de marzo de 2015

Maleta en mano

Maleta en mano decidieron emprender una aventura. 
No fue una huida sino la búsqueda de aires nuevos. El espacio de tiempo no muy largo, más bien breve diría yo.
Su mejor compañera de viaje fue la risa, pues no pararon de reír en todo momento, de disfrutar, de saborear cada segundo perdidas en aquella ciudad medieval.

Los recuerdos invadieron sus cámaras, sabían que jamás se arrepentirían de aquel viaje. Encontraron la mejor banda sonora para aquella película en forma de viaje.
Los callejones y miradores se convirtieron en grandes escenarios. Aquellas torres de catedrales, del Alcázar y los enormes monumentos, no fueron capaces de hacerlas sombra. Ellas brillaban por sí solas, sus sonrisas resplandecían en sus rostros.

En esta vida hay que encontrar a los buenos compañeros de viaje, porque de esta manera cualquier lugar será más bonito de lo que realmente es, si lo compartes con las personas adecuadas.
Porque viajar es la única cosa que compras que te hace más rico.

De esta manera Toledo adquirió un sabor más dulce, más alegre y más madrileño.


Y aquella bonita ciudad medieval se hicieron una promesa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario