jueves, 2 de abril de 2015

Las respuestas de la vida.

No sé como lo hace, pero la vida siempre sorprende. A veces sin merecerlo ella te castiga, o mejor dicho te enseña para hacerte fuerte y aprender a valorar mejor las cosas. Pero una vez que ya tienes todo en orden, cada cosa en su sitio, aparece un terremoto que hace temblar las estanterías y vuelve a tirar todo al suelo...

Y de nuevo aquí ando, recogiendo cada objeto para volverlo a colocar en su sitio. El problema es que las heridas que parecían estar curadas de nuevo se han abierto, lo que había perdido su espacio de nuevo lo ha recuperado y lo que estaba colocado como principal ha pasado a un segundo plano.
Agachada recojo aquellos trozos de mi que estaban terminando de cicatrizar y que de nuevo han caído, buscando la aguja y el hilo para coser cada rasguño nuevo. 

Porque a veces, aunque tengamos las cosas muy claras, hasta que no nos vemos en la situación no sabemos como actuaremos. Cuando tenemos los esquemas hechos, cada punto y cada coma en su sitio, llega el destino y te pone delante lo que pensabas que jamás vendría. Y en ese momento te desinflas como un globo, te dejas llevar, vuelas y al día siguiente caes. Te repites 1000 y 1 vez lo tonta que eres, habías vuelto a confiar y te han vuelto a fallar y volvemos al principio de la historia...

Y de nada sirve repetirse las cosas, intentar aprender de los errores, aprender a valorarse, porque sabes que cuando menos te lo esperes llegará la vida, te cambiará las respuestas y no sabrás como actuar de nuevo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario