El café, la vida y los bombones

Nos sentamos a tomar un café, apenas nos conocíamos, un par de veces nos habíamos cruzado y habíamos hablado un poco.

Pero desde ese día, aquel día que parecía el final, iba a ser el principio de algo importante, de un gran apoyo.

Parecían vidas diferentes, pero después de ese café se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común y se convirtieron en un gran apoyo la una para la otra.

Y esas son las alegrías de la vida, los regalos que elegimos, las personas que seleccionamos para compartir nuestras experiencias.

Y son aquellas personas, las que te sorprenden, las que se hacen un hueco en tu vida. 

Las que en los momentos malos te apoyan sin apenas conocerte, te escuchan incluso se aburren de ti...aunque nunca te lo digan. Y es ahí cuando te das cuenta de que ante una mala experiencia llega algo muy bueno y conoces a gente dispuesta a ayudarte a pasar por este túnel oscuro, pero también dispuesta a estar en los mejores momentos.

Pues así es la vida, una caja de sorpresas en el que cada bombón es una persona con la que decides compartir tus momentos.

Porque la amistad es la fuerza más grande para ayudarte a superar los malos momentos y la fuerza más grande para hacer disfrutar de lo bonita que es la vida.

No hay que cerrarse ante los cambios, pues muchas veces son necesarios, y una vez que pasan te alegras de lo que ha pasado.
Que a veces se necesitan pasar por túneles muy negros para darnos cuenta de lo que de verdad queremos, y que aunque parezca que nunca vamos a salir de ese túnel ¡si se puede! y junto a ellos más fácil es.

¡A DISFRUTAR!